16/12/08

*recuerdo

Entro en el salón de mi casa, invadido por ese tipo de mobiliario que años después me enseñarían a despreciar: tresillo burgués, lámpara de lagrimones...Pero eso es lo de menos. Es la hora de la siesta y está vacío: el piano sin pianista,la mesa sin comensales. Sólo un millón de puntos de luz bañan el interior. En cada uno de ellos, concentrados, todos los colores del arco iris. Se posan, indiferentes, sobre suelos, techo, vitrina, aparador...tambien sobre el gran espejo que a su vez los refleja...
Años depués descubriría el fenómeno de la refraccion, y muchos años más tarde, aprendería que las lámparas de mi casa no son tan "feas". A ellas y a sus lágrimas les debo esta experiencia.

Pero yo tenía 7años, y pensaba que mi madre HABÍA PINTADO LAS PAREDES...

1 comentario:

Sara dijo...

Maríaaa!!me meto siempre y nunca actualizas, dejo de meterme 3 días (autocad intensivo) y 3 nuevas entradas!! Pronto me lo cuentas todo en persona! Un beso.

Sara

Por cierto, las fotos de tu maqueta molan un montón.